La estaticidad y dificultad para
actualizar y manipular los contenidos de los sitios o las páginas web eran
características de la web 1.0. La web 2.0 es dinámica, requiere de la
colaboración. Tim O’Reilly habla de la arquitectura de la participacion, de
la experiencia del usuario y de la forma en que dicha participación y
experiencias sirven para construir, compartir, difundir y retroalimentar la
información y, en consecuencia, el aprendizaje: es decir, de la colaboración
entre usuarios.
La forma en que se comparte esta
información, generada por el propio usuario, se encuentra y/o transmite a
través del uso de etiquetas; cada individuo posee una forma de considerar y
clasificar el mundo que lo rodea y entonces nos encontramos con lo que se
denomina Folksonomías, las etiquetas asignadas a los conceptos, documentos,
sitios, ideas, por el individuo.
Las búsquedas son ahora folksonómicas y
no ya taxonómicas. Los sitios se actualizan de manera automática (sindicación)
y se transmiten (RSS). Se busca que haya un acceso mas democrático a este
conocimiento e información en la red, mediante el uso del software de acceso
libre- para terminar con la necesidad de renovación de las licencias-, con una
interface fácil y sencilla para la publicación y gestión de estos datos e
información.
A través de la web 2.0, se intenta que
el acceso al conocimiento sea gratuito. El software de libre acceso permite que
usuarios con muy poca experiencia puedan publicar y desarrollar sitios sin
muchas dificultades.
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